Las
tareas de alto riesgo son todas las actividades que por su naturaleza o lugar
donde se realiza, implica la exposición o intensidad mayor a las normalmente
presentes en la actividad rutinaria las cuales pueden causar accidentes
laborales severos y en muchas ocasiones, mortales. Las que se catalogan como
tal son: Izaje de carga, trabajos de excavación, trabajos en alturas, trabajos
en espacios confinados, trabajos en caliente, trabajos con energías peligrosas
y trabajos con sustancias químicas o
peligrosas.
Estas
tareas no son ajenas para las empresas y es importante saber cómo intervenir
los riesgos de cada una de ellas para evitar la accidentalidad que estos
trabajos presentan, generando una mayor frecuencia en los reportes de
accidentes de trabajo. Adicionalmente son los que generan mayores días de
incapacidad, severidad y costos asistenciales además del costo social que lleva
implícito cada accidente para la empresa, el trabajador y su familia.
Para
ello hay que determinar si estas son cotidianas o esporádicas, contratadas o
directas y de esta manera establecer un plan de acción donde se especifiquen
los objetivos, las actividades, los responsables de su ejecución y el
presupuesto.
En
el hacer del ciclo, se ejecutan las tareas planteadas en el plan de acción, se
realiza la capacitación al personal en diferentes niveles, se asignan las
responsabilidades, se verifican las condiciones de seguridad y uso de elementos
de protección personal.
Posteriormente,
y pasando a la fase de verificar, se evalúan
las soluciones implementadas y se validan los indicadores que pueden ser
combinados midiendo no sólo el impacto de la accidentalidad, sino, los
asociados a la productividad y competitividad de la organización.
Finalmente
en el actuar se realizan las acciones a mejorar para iniciar otra vez el ciclo,
definiendo un nuevo plan de trabajo.
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